Con frecuencia recibimos correos de cristianos desorientados pidiendo consejo sobre situaciones apremiantes de su vida. Aunque Logos no es un ministerio, algunos casos conmueven tanto, que estiramos el día de trabajo para encaminar a estas ovejas transeúntes.
Sus dilemas son el menor de los problemas que se plantean. La pena mayor es ver la cantidad cristianos que asisten a una iglesia pero que andan sin pastor. Es decir asisten a iglesias con pastores que se dedican a predicar, pero se rehúsan pastorear. Que con facilidad suben al púlpito, pero que con dificultad bajan a tratar con los problemas personales de cada oveja, que ascienden a la gloria del amén de la congregación pero no descienden a compartir las penas de ellas.
No es novedad. Jesús se topó con el mismo problema en el Israel de su época. Los evangelios describen el suspiro de Jesús que cuando contempló la multitud: “tuvo compasión de ellas porque eran como ovejas dispersas sin pastor.”
Tampoco para Jesús fue novedad. Ya existía este problema en el pueblo de Dios. El profeta Ezequiel siglos atrás pronunciaba palabras de juicio en contra de los pastores deficientes de Israel. Su actitud provocó el enojo de Dios: “¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? 3Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. 4No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia” (Ez 34.2–4).
Aunque no en una forma tan crónica, hoy día vivimos un problema parecido. Abundan pastores con actitud de autoservicio. En cuanto se ven incomodados por una oveja, saben redirigirla y delegar el problema a otros. Descartan asuntos que más que redituar reconocimiento, les infligen pena.
Me parece que en algunos círculos se ha perdido de vista la gran comisión. Esta, no solo contempla el envío de predicadores a todas las naciones, sino la tarea de enseñar a las ovejas todo lo que Jesús enseñó. No sólo mediante lecciones desde el púlpito, según esta comisión, la meta es enseñarles a observar. Es decir, enseñar a las ovejas cómo llevar a la práctica las enseñanzas de Jesús.
La tarea comienza con la predicación, pero no se detiene ahí. La verdad debe descender de la cabeza, al corazón y después a los pies. No basta la predicación, requiere pastoreo. No basta la proclamación pública sino además la enseñanza privada, de casa en casa. Es decir, en cierta medida, toma el dejarse enredar en los problemas de las ovejas para ayudarles con respuestas bíblicas.
Junto con el llamado a las ovejas a apreciar a aquellos que están en eminencia, invitamos a los pastores a reflexionar sobre su llamado de velar por las almas de sus ovejas, como aquellos que habrán de dar cuenta (Hebreos 13.14)
Que Dios encuentre en los pastores de hoy día un cumplimiento redondo de una de las promesas del nuevo pacto: “y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia” (Jr 3.15). Dios ama aquellos pastores con olor a oveja.
Alejandro Rios C says
November 12, 2017 at 2:12 amExcelente ensenanza que DIos bendiga en gran manera a todos los que el Senor nos ha dado la tarea de ser pastores de sus ovejas.
Bendiciones.
Tony Segar says
November 14, 2017 at 5:09 pmEl Señor tendrá en gran aprecio aquellos que se dedican a cuidar las ovejas por las que más alto costo pagó. Bendiciones!
Juan Carlos Morales says
November 13, 2017 at 1:28 amDe gran bendicion este post, sobre todo en este momento que estoy viviendo algo similar.
Tony Segar says
November 14, 2017 at 5:07 pmMe apena. Que el Señor te guíe a encontrar un fiel pastor o líder
Alex Cascante says
November 14, 2017 at 3:17 amMuy acertado la meditación y la reflexión, es una a cruel y fría realidad, pero no hay que desanimarse Dios sabrá mantener un remanente conforme a su corazón y que sepan oler a oveja.
Tony Segar says
November 14, 2017 at 5:07 pmAsí es. Fiel es el que lo prometió, el cual también lo hará.
Rolando Jimenez says
November 15, 2017 at 5:37 pmSin lugar a dudas es algo crónico en las Iglesias de hoy día, hay muchos programas, ministerios, predicación, estudios pero contacto personal muy poco con la realidad de un sinnúmero de creyentes que se encuentran en verdaderas crisis de identidad, no saben cuál es su papel y responsabilidad en cuerpo de Cristo, se sienten indefensos, mal interpretados, solos dentro de su mundo…la instrucción para sus vidas personales y hogareñas es pobre, necesitamos un liderazgo comprometido, dedicado y entregado a las almas de los sufren, lloran y afligen todo ser para ser orientados y guiados en medio de las turbulencias y experiencias cotidianas, Dios los bendiga.
Jose Reyes says
November 18, 2017 at 1:10 pmEl punto de vista es real, pero hay otro aspecto hoy día que no se menciona y que creo es la raíz del problema, la mayoría de la gente que asiste a la iglesia y profesa fe en Cristo, no es cristiana y esto tiene que afectar muchísimo en la comprensión y la recepción de la palabra por los oyentes y también la relación con el predicador, la mayoría de la gente escucha pero no responde en obediencia a la palabra y ese es el punto y el meollo de la predicación, Dios espera y también los pastores que la gente responda en obediencia a la palabra y es ahí donde comienza el acercamiento entre pastor y oveja, pero la historia se repite cuando el Señor enseñaba lo que provocaba en la mayoría de los religiosos era ira y la razón de eso era lo que siempre apunta el Señor: “Porque no entendéis mis palabras porque no sois de Dios, el que es de Dios las Palabras de Dios oye” Hoy la mayoría de la audiencia cree que son hijos de Dios, pero como dijo Billy Graham, el 70% de personas que asisten a una iglesia no son cristianos creo que el evangelista esta correcto, otro aspecto muy importante de la iglesia hoy día, la mayoría el 95% viene a la iglesia por socializarse y esto es que hace muy popular los programas y los estudios en la iglesia; Cuando se predica la Palabra tendremos dos reacciones: la gente responde en ira y ahí el alejamiento entre la simulada oveja y pastor, o bien responde en obediencia y ahí comienza la transformación de lobo a oveja, la oveja ahora ve a un pastor, no un predicador, se vuelve realidad las palabras de nuestro Señor: “Mis ovejas oyen mi voz y me siguen” Creo que el primer encuentro es predicador-oyente y en consecuencia de la predicación debería progresar a pastor-oveja, lo que lamentablemente no se observa hoy día, vivimos en una sociedad (USA) y quizás mundial donde se nos dice que podemos tener todo lo que querremos y hacer lo que deseamos y esto va en choque de frente con la enseñanza Bíblica, Pablo dijo a Timoteo: “Predica la Palabra” dicho en otras palabras mis hermanos, el problema del ser humano es el mismo por lo tanto la medicina es la misma, pero hoy se ha cambiado el medicamento y se cree que la raíz del problema es otro.
Rolando Jimenez says
November 23, 2017 at 3:19 amEsa es la realidad en la actualidad, en muchas de nuestras congregaciones vivimos un evangelio como dijo un predicador “aguado” mucho ruido pero poco contenido verdadero, hay mas tiempo para anuncios de programas, de esto de lo otro y por ultimo una predicación breve en muchas ocasiones insípida que no provoca ni cosquillas ( por decirlo de esa manera) me recuerda cuando el Señor se unió a aquellos dos discipulos que iban camino a Emaús y cuando el los dejo comentaban “no ardía nuestros corazones cuando nos hablaba la palabra” queremos eso en estos tiempos la palabra de Dios predicada y ensenada en su esencia, Varón Dios te bendiga y siga enriqueciendo su vida.