“La Palabra, el mensaje de Dios para mí” llega al formato Logos. Nos alegra poder contar con este nuevo recurso, que además de tratarse de una traducción actual y adaptada al Siglo XXI, nos será muy útil para comparar textos bíblicos con otras versiones.
Sobre las traducciones.
La manera ideal para estudiar un texto, es encontrarnos ante el documento original en su contexto original. Desgraciadamente, miles de años nos separan del contexto y autores a los que el Espíritu Santo movió a escribir la Biblia. Esta dificultad, añadida a la escritura realizada en un lenguaje actualmente en desuso, convierte la traducción en un mal necesario para que podamos acceder a La Palabra de Dios.
Cualquier especialista podrá decirte que traducir un texto es mucho más que trasladar un concepto de un idioma a un término equivalente en otro idioma, y que siempre conlleva cierto grado de interpretación (obtendrás un ejemplo claro de lo que esto significa si intentas traducir un texto largo con un servicio instantáneo online). Debido a la gran diferencia idiomática, con las Sagradas Escrituras esta dificultad es mucho mayor de lo normal. Y si a todo esto se añade que se está tratando de traducir el mensaje del mismísimo Dios a la humanidad (seguro que todo traductor bíblico ha tenido algún mal sueño sobre Apocalipsis 22:18-19), la complejidad del asunto alcanza cimas insospechadas.
Una traducción a nuestra medida.
Teniendo en cuenta todas estas dificultades, la traducción bíblica “La Palabra, el mensaje de Dios para mí”, nos ofrece una versión del texto original adaptada para que sea accesible y entendible por cualquier persona en la sociedad actual. Algunos detalles que muestran este anhelo por ayudarnos a captar el mensaje original de las escrituras, son el hecho de que en reediciones se hayan tenido en cuenta reacciones de los lectores, que haya dos versiones diferentes por el uso del español propio de España y de Hispanoamérica, o que existan notas explicativas que dan razón de la traducción de algunos pasajes concretos.
Incluso teniendo en cuenta todos estos esfuerzos, podemos afirmar con bastante certeza que esta traducción bíblica no es perfecta (igual que el resto). Pero no es sustituir al texto original lo que se pretende, sino ofrecer una traducción lo más fiel posible dentro de las limitaciones humanas, y que sirva de ayuda a sus lectores para acercarse más a Dios y comprender mejor su Palabra. Desde Logos estamos convencidos de que esta traducción bíblica cumplirá estos objetivos, por lo que estamos muy satisfechos por su incorporación a nuestro catálogo de recursos disponibles.
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