A través de los años, diferentes editoriales cristianas han publicado sermones de grandes predicadores. Spurgeon, Wesley, Calvino, etc., mismos que han trascendido y que hoy son releídos por todos para edificación. Muchos de estos sermones son utilizados en su mayoría al extraer citas, afirmaciones, proposiciones, pensamientos profundos o reflexivos, y que en realidad muestran una máxima bíblica: la Palabra de Dios no pasará (Mateo 24:35). Años y años pasan y estos sermones siguen siendo recursos de verdad bíblica que exige ser leída de nuevo, pensada y vuelta a vivir por las generaciones presentes.
Ahora, a la lista de grandes sermones de grandes predicadores se suman los archivos de quien hoy es uno de los más connotados expositores bíblicos: el Archivo de Sermones de John MacArthur, quien ha sido pastor-maestro de la Grace Community Church por varias décadas de forma ininterrumpida. Esta historia de MacArthur en el púlpito, que ha salido de las puertas de su iglesia basada en Sun Valley, CA, para colocarse como un caso a considerar por otros teólogos y maestros bíblicos, pastores y líderes, merece pensar con seriedad algo: ¿qué hace que un archivo de sermones de un pastor pase a las bibliotecas de la historia cristiana, y merezca su traducción a otros idiomas (en nuestro caso en español), y más, la consideración de lectura de los estudiantes serios de la Biblia?
A esta pregunta se le pueden argumentar muchas respuestas, pero creo que una respuesta debe darse más allá del renombre de la persona, sino de lo que en vida ha construido y que, en honor a la verdad, es lo que respalda moralmente un verdadero sermón. Estas son mis tres respuestas a la pregunta.
1. La consolidación de un ministerio pastoral en una misma iglesia.
John MacArthur asumió el pastorado de Grace Community Church en 1969, ya como graduado del Talbot Theological Seminary. Tiene más de cincuenta años siendo pastor-maestro de una misma iglesia, que si bien no fue el fundador, se sabe que a partir de su ministerio pastoral y de predicación expositiva el crecimiento fue evidente respecto de la primera década. El mantenerse pastoreando una misma grey ayuda al pastor-maestro a construir una línea doctrinal sólida que apunte a la edificación consistentemente. Caso contrario es el de aquellos que hoy están en una iglesia, mañana pastorean otra, y en cinco años representan otro movimientos ministerial.
2. El trazo de la Palabra.
La exhortación al maestro de la Biblia es que sea capaz de trazar bien la Palabra de verdad (2 Timoteo 2:15), de enseñarla con claridad, de exponer lo que un determinado pasaje quiere decir, y más aún, su relación sistemática con el total de las Escrituras. Si hay algo que caracteriza a John MacArthur, sin duda, es su proceso de interpretación-enseñanza. Se puede o no estar de acuerdo con sus posiciones doctrinales, pero su exposición desde el púlpito, su fecunda escritura y argumentos ante pasajes o temas escabrosos en la Biblia son una mezcla notable y poco encontrada en predicadores contemporáneos.
3. Que el pastor-maestro no tenga nada de qué se le acuse.
No importa si a MacArthur lo odias o lo amas, pero él se defiende solo. Ante la enorme cantidad de pastores y líderes a través del tiempo, famosos por el tamaño de sus iglesias o el impacto de sus ministerios, pero que han sucumibido ante pecados escandalosos, como personajes recientes del movimiento de las megaiglesias que dan más vergüenza que gloria; John MacArthur se mantiene incólume. Como siempre, habrá que indagar todo lo que enseñe, como debe hacerse con cualquiera que se dice pastor o maestro; pero jamás MacArthur se ha visto envuelto en situaciones complicadas que atenten o pongan en duda su persona o ministerio. Sabidos son los encontronazos con figuras como Mark Driscoll y otros, a los que ha enfrentado no con declaraciones, sino con argumentos bíblicos. De hecho, su posicionamiento ante las medidas contra la COVID-19 del estado de California fue con toda solidez bíblica en sus posicionamientos. Sea del lado de la iglesia como ante el mundo, John MacArthur ha sabido guardarse del mal y posee un testimonio personal consistente con lo que enseña.
Estas son solo tres respuestas al valor que está detrás del Archivo de Sermones de John MacArthur ahora en español en Logos, un compilado de 900 piezas originales, sin editar.
Considero que si bien todas las aristas académicas detrás de un buen sermón pueden ser muchas y variadas —que si la exégesis, que si la hermenéutica, que si la homilética, que si la elaborada teología—, un mensaje tiene peso específico por lo que está detrás, y creo que los sermones de MacArthur poseen la mezcla perfecta entre lo académico y una vida moralmente sin iniquidad, como la que se exige a los que invocan el nombre de Cristo (2 Timoteo 2:19).
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