La educación formal está lista para la innovación. Los estudiantes no convencionales –padres y madres de familia, profesionistas y jubilados– cuentan con nuevas opciones que son alcanzables, económicas, y que cuentan con valor curricular para crecer en sus habilidades de estudio bíblico.
La tradición y las tentativas de innovación
Durante siglos, el modelo tradicional de la enseñanza universitaria ha permanecido sin cambios. La torre de marfil se construyó sobre un paradigma monástico en el que los estudiantes dejaban sus pueblos natales para enclaustrarse en un centro de aprendizaje –en compañía de una insólita y costosa colección de conocimiento, la biblioteca.
En la era moderna, eso se revistió con un estrato de mentalidad industrial: los estudiantes fueron concebidos como materias primas que debían ser moldeadas como productos homogéneos. El enfoque estaba puesto sobre el maestro y la calidad del currículum, más allá del desarrollo y el aprendizaje del estudiante.
No obstante, una tormenta de innovación comenzó a amenazar a estas tranquilas aguas en los años 80, cuando la captura de videos presagió un mercado considerable y una amplia disponibilidad mediante la difusión de clases universitarias en video. Esta tecnología causó mucho furor, pero solo ocasionó ajustes mínimos al modelo educativo dominante. Una generación después, el internet propuso nuevas tentativas de educación a distancia y por correspondencia, incluyendo la idea de los cursos en línea masivos y abiertos (MOOC, por sus siglas en inglés). Sin embargo, esto fue solo una ampliación del modelo de educación industrial.
Conforme esta generación de tentativas de innovación se acercaba a su fin, surgió un esfuerzo en conjunto para reorientar el enfoque de la educación formal hacia el aprendizaje, y así sustituir la hipótesis de que el aprendizaje era la consecuencia inevitable de un modelo enfocado en la enseñanza. El resultado fue un movimiento conocido como “Educación Basada en Competencias” (CBE, por sus siglas en inglés). Actualmente, las universidades más grandes en los Estados Unidos, la Western Governors University y la Southern New Hampshire University, utilizan este modelo. Éste es básicamente un modelo de formación de aprendices, y no un modelo de enseñanza.
Los estudiantes son evaluados en base a su habilidad para aplicar competencias concretas, en lugar de tener que obtener ciertas calificaciones mediante exámenes. Este enfoque se parece más a la vida real, y tiende a ofrecer sistemas en los que el alumno trabaja a su propio ritmo, e incluyen mentorías personalizadas, puesto que no requiere que todo un grupo de estudiantes progrese del mismo modo a través de un material único. El desarrollo de las conferencias remotas en vivo ha hecho de este tipo de aprendizaje algo mucho más accesible.
El COVID y la tormenta perfecta
Justo en el momento en el que los modelos educativos tradicionales comenzaban a reafirmar su control sobre los beneficios comprobados del modelo educativo industrializado, la pandemia de 2020 forzó a todas las universidades a que ofrecieran una opción en línea para sus programas educativos. El COVID, además de suscitar soluciones para las conferencias remotas (y la extensa aceptación social de éstas), produjo una tormenta perfecta: dejó de existir la aguda separación entre las universidades industrializadas tradicionales y los programas educativos en línea.
Redemption Seminary
Fue justo en el ojo de este huracán que Redemption Seminary, una escuela de estudios superiores en teología, y que sigue el modelo basado en competencias, comenzó a aceptar a sus primeros alumnos. Desde su fundamento, este seminario fue diseñado para tener un enfoque en el aprendizaje. Nuestro objetivo es brindar un programa que permita a los estudiantes no convencionales ir avanzando poco a poco hasta obtener un título en teología sin agregar estrés y sin descuidar las obligaciones de sus vidas adultas.
Un programa de enseñanza basada en competencias se enfoca en la integración y en la aplicación del aprendizaje para así añadir un beneficio a la vida diaria del estudiante; no pretendemos añadir a su ocupada agenda otra carga más de obligaciones. Redemption Seminary no busca que sus cursos abrumen o dañen el bienestar espiritual de sus alumnos. Los cursos sí requieren un esfuerzo, pero fortalecen al estudiante para su vida diaria –como un buen plan de ejercicios para el alma. Por esta razón, Redemption Seminary ha adoptado el enfoque de un manual de trabajo, en lugar de utilizar exámenes para evaluar el aprendizaje del alumno. Mediante este manual, que se divide en tareas concretas, los estudiantes pueden hacer el trabajo de un curso en sesiones cortas, puesto que el manual orienta el aprendizaje un paso a la vez.
Otros distintivos e innovaciones adoptadas por el Redemption Seminary incluyen sus bajos costos, la inclusión de todos los materiales necesarios, y especialmente, las mentorías personalizadas e individuales. Además, los graduados pueden conservar las bibliotecas digitales que utilizan en sus programas una vez que terminan el curso. El Redemption Seminary aprovecha la reciente tendencia que siguen los populares académicos de grabar en video sus clases y conferencias; somos el único seminario que utiliza los cursos de Educación Móvil de Logos como material de clase. Esto le permite a la institución escoger material desde todo el mundo, en lugar de contratar a los conferencistas como parte de la facultad; de ese modo, podemos destinar los fondos para contratar a los mentores que sí estén disponibles para reunirse con los alumnos uno a uno.
Sin embargo, ya que todas las universidades readaptaron sus programas tradicionales al entorno en línea, las innovaciones virtuales de escuelas como Redemption Seminary –que desde su fundamento fueron diseñadas para ser específicamente remotas– se perdieron dentro de la mezcla de programas que trataban de incrustar el modelo del aula dentro de un formato en línea. Han pasado varios años antes de que el público pudiera notar que existe una gran variedad entre los modelos, los formatos, y las experiencias de los programas educativos en línea. Uno de los grandes beneficios de que el sector educativo se haya visto obligado a adoptar un formato remoto, es que los programas educativos en línea ahora son ampliamente aceptados y pueden ser acreditados oficialmente. En Redemption Seminary estamos felices de ser parte de ese grupo.
Los avances en la tecnología digital de comunicación, el crecimiento de la educación basada en competencias, y la pandemia –que impuso el formato remoto a las grandes universidades– son los factores que dieron lugar a un nuevo panorama de opciones educativas enfocadas en el aprendizaje y en el contexto del estudiante. Y el estudiante ha sido el más beneficiado.
Una nueva opción debe ser considerada entre la lista de los seminarios con valor curricular: Redemption Seminary –un colaborador cercano a Logos, donde yo trabajé alguna vez–. Es la definición de un camino innovador y accesible hacia una educación bíblica y teológica. Me siento agradecido y honrado de poder anunciar públicamente que Redemption Seminary está oficialmente certificado.
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