¿Qué entiende usted por “apócrifo”? Depende su contexto es el entendimiento que tiene de esta palabra. Regularmente, los libros apócrifos son usados como argumento para desprestigiar a la iglesia o a la Biblia misma.
El corazón de dicho argumento es que los apócrifos contienen información que la iglesia ha escondido, y es que la palabra “apócrifos”, que significa “oculto”, se suele afiliar a documentos como el evangelio apócrifo de Juan, María Magadalena, Tomás y Judas, de los cuales ni los padres de la iglesia, ni los estudiosos de la crítica textual, han podido tomar en serio. El problema es que los amantes de la polémica creen que estos libros no reconocidos revelan la verdad sobre Jesús, aquella que la iglesia misma ha escondido por siglos. Suena eso más a un guion de una buena película de conspiración que a la verdad sobre la literatura apócrifa. Este grupo considera que El Código DaVinci es una fuente más confiable de información histórica que la Biblia misma (El absurdo se explica a sí mismo).
Lo que en realidad es la literatura apócrifa es una colección de textos que fueron escritos entre el 200 a.C. y el 100 d.C. aproximadamente. Muchos de estos proceden de regiones fuera de Judea, donde había judíos que llevaban varios siglos viviendo en la diáspora, lejos de su tierra natal. Esta era literatura, no solo respetada por los pueblos hebreos, sino también por gran parte de la comunidad cristiana del primer siglo, tanto por su valor histórico como por su carácter sapiencial.
Hoy son el foco de un gran número de debates y discusiones entre eruditos, académicos e incluso instituciones religiosas, sobre el valor que estos libros tienen para el creyente actual. La esfera católica y ortodoxa, abrazan estos libros como parte de un canon, por ello el nombre “deuterocanónicos”, libros que se agregaron al canon posteriormente, por su valor. No obstante, el movimiento protestante ha decidido no tomarlos como canon, buscando ser fieles al canon hebreo, aunque no necesariamente significa que la Reforma Protestante haya desechado dicha colección, como muchos han llegado a considerar. La cuestión que muchos se plantean si los libros apócrifos son amigos o enemigos.
David DeSilva, un erudito y profesor de literatura apócrifa, en el curso de Educación Móvil IB291, comenta cuál es el valor de esta colección que ha causado tanta discusión en la rama de la Bibliología, e incluso hasta la Soteriología. DeSilva señala que su valor radica en el papel que desempeñaron a lo largo de la historia como elementos importantes en la formación de la teología cristiana. Esto es sumamente interesante, ya que, como cristianos evangélicos, se enseña que los libros apócrifos o deuterocanónicos no tienen ningún valor para formación de doctrinas o para “teologizar”.
¿Será, entonces, que estos libros sí sirven para formar doctrinas? Antes de que las piedras sean preparadas, permítame explicar esto con más detalle. Los apologistas del siglo II al III, recurrían a este material, ya que dichos textos ofrecen críticas judías a aquellas religiones idólatras, así como prácticas de adoración a dioses e ídolos, o humanos como representación de esos dioses. DeSilva señala que estos apologistas cristianos, a menudo se basaban en estas tradiciones y las críticas a la idolatría del Antiguo Testamento para presentar al cristianismo como un camino superior a Dios. De este modo presentaban una comparación objetiva y crítica con los enfoques paganos y judíos como el objeto de sus análisis frente al cristianismo.
Así como en el ámbito apologético, el curso IB291 describe cómo influenciaron para la formación de doctrinas cristológicas y trinitarias, en la liturgia, y en la ética de los primeros cristianos, especialmente de los padres de la Iglesia. Los libros apócrifos tienen un alto valor histórico como ventanas al mundo del judaísmo primitivo, y el mundo en el que nació Jesús. Por ello, su estudio no debe ser algo que se rechace como si eso fuese un atentado contra la cristiandad, o los fundamentos de nuestra fe; tanto los padres de la Iglesia, como la iglesia primitiva, tomaban en serio esta colección de libros, por lo tanto, como miembros de una comunidad histórica, deberíamos darles la misma seriedad que se les dio en su tiempo, ya que formaron parte importante del fundamento de nuestra iglesia y su teología. No son libros de los que hay que temer, sino fuentes de riqueza histórica y sapiencial que vale la pena adquirir para tener un mejor entendimiento de aquellos libros que sí consideramos dentro del canon histórico de la Biblia, y un mejor entendimiento de la vida de Jesús.
El curso de Educación Móvil IB291 con el profesor David DeSilva le permitirá conocer mejor esta literatura y así consolidar una posición fundamentada sobre si esta colección son amigos para el creyente y su vida espiritual, o enemigos de la fe.
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