Los seres humanos fueron creados para disfrutar del acceso eterno de la presencia de Dios. En gran manera, nuestro disfrute de Dios depende de nuestro conocimiento del mismo, entre más conocemos a Dios, más podemos disfrutar de sus atributos, su bondad y sus maravillas.
La biblia habla mucho acerca de quién es Dios (su carácter y voluntad) y cómo se relaciona con nosotros en cada aspecto de la vida. No obstante, algunas veces, consciente o inconscientemente, dejamos fuera algunas áreas de la vida porque pensamos que Dios no habla de ellas (o a ellas) o porque nos conformamos con lo que la tradición o el convencionalismo social nos han enseñado sobre un tema en particular.
Este no es un fenómeno propio de nuestra época, desde tiempos bíblicos los cristianos eran golpeados por corrientes de pensamientos que no tenían su origen en la doctrina del Señor, sino en tradiciones e ideologías que habían sido aprendidas. Incluso en algunos temas el apóstol Pablo escribió a distintas iglesias “no quiero hermanos que ignoren acerca de…” (Particularmente de lo que ocurría después de la muerte, o los dones espirituales).
Actualmente, pocos son los autores que con sólida teología y seriedad escriben acerca de temas “poco comunes” en un mundo lleno de escritos ligeros y de temáticas populares. En Logos, nos preocupamos por el crecimiento espiritual del pueblo de Dios y queremos ofrecer teología sólida y profunda, es por eso que les presentamos: “El Mundo Invisible”
El Mundo invisible representa el fruto de quince años de investigación del Dr. Heiser sobre lo que la Biblia realmente dice sobre el mundo invisible de lo sobrenatural. Su objetivo es ayudar a los lectores a ver el texto bíblico sin filtros de alguna tradición o por presuposiciones teológicas. Él presenta una clara teología bíblica liberada de nuestra cosmovisión moderna (que tiende a ignorar el mundo invisible).
En El Mundo invisible, Michael Heiser arroja luz sobre el mundo sobrenatural: no una nueva luz, sino más bien la misma luz en la que los antiguos lectores y escritores originales de las Escrituras lo habrían visto, de acuerdo con su entorno histórico y cultural. Esta luz permite a los pastores y académicos de hoy comprender la cosmovisión sobrenatural de los autores bíblicos.
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