Israel es la joya de la corona en la historia bíblica. No podríamos concebir el desarrollo del texto bíblico sin estudiar a la par la historia de un pueblo que hoy día es “una nación grande”. Tan grande, que sin su existencia no podrían ser benditas “todas las familias de la tierra”. Esto fue lo que el Señor pactó con Abrán. Sí, aquel que debía dejar su tierra para ir hacia cualquier otro lugar del cual no tenía la menor idea. Pero debía dejar “tierra y parentela” para habitar un lugar que el Señor le iba a mostrar. Así, en estos términos, estamos hablando de un pacto y de una fe. Dios estaba estableciendo un pacto, donde un hombre sin prole y sin edad para tenerla debía hacer algo más que obedecer: debía creer.
Y así empezó la conformación de un pueblo, de una nación, de una bendición global; de un pacto y de una fe. Escuchar, creer, salir y edificar un altar y comenzar así una relación con el Soberano de los reyes de la tierra. Abrán “edificó un altar al Señor e invocó el nombre del Señor”. Invocar, entre otras cosas, es buscar, consultar, buscar guía, rogar a Dios como Dios que es, pedir que haga algo, es mostrar dependencia de Él, llevar ante Él nuestra desesperación; todas estas y más acepciones como un acto de adoración al Señor. Invocar per se es establecer una relación con Dios todopoderoso, con el Dios que estableció un pacto de una “descendencia para siempre”.
“Con Israel vemos el inicio y consolidación de la verdadera religión”, escribe Georg Heinrich Ewald, teólogo alemán del siglo XIX y experto en temas del Medio Oriente, en su obra magna de 8 volúmenes llamada La Historia de Israel. En esta obra, el devenir de este pueblo original, no se cuenta como el de cualquier otro pueblo de la antigüedad, sino como una historia tangencial que aún sigue escribiéndose. Todos los otros pueblos y sus culturas tuvieron sus inicios, sus años de esplendor y su ocaso. Pero Israel no, no ha tenido su ocaso, al contrario, de acuerdo con la Biblia está por resurgir en sentido profético. Y esto se debe a que el propósito original de Israel no era solo ser una nación o cultura más, era ser un pueblo que le perteneciera a Él, que se relacionara con Él, que aprendiera a adorarlo, que lo invocara. Se lee en el texto de Ewald:
“Pero todos esos objetivos [dominio sobre otras naciones, comercio, rutas marítimas, sabiduría o la creación de una nueva ruta de pensamiento, riqueza, etc.] por los cuales otras naciones de la antigüedad se hicieron grandes, en este pueblo solo comenzaron a ceder de inmediato a la búsqueda de otro objetivo, que había sido visto tan claramente desde el comienzo de su conciencia histórica, y se trabajó duro después de tanto esfuerzo, que abandonarlo permanentemente era imposible; que, por lo tanto, después de cada cese momentáneo, siempre se reanudaba con nueva pertinacia. Este objetivo es la religión perfecta, un bien que en todas las naciones aspirantes de la antigüedad tuvo un comienzo y un intento de lograrse; que algunos, los hindúes y los persas, por ejemplo, realmente trabajaron para lograr con admirable devoción de energías nobles; pero que este pueblo [Israel] solo discernió claramente desde el principio, y luego persiguió durante muchos siglos a través de todas las dificultades, y con la mayor firmeza y consistencia, hasta que lo lograron”.
Ahora podemos entender un poco más objetivamente por qué Abrán creyó e invocó: fe y religión práctica. El pacto ha sido establecido, Dios ha hablado, ahora tú y yo debemos creerle e invocarlo cada día.
“La historia de este antiguo pueblo”, se afirma en La historia de Israel de Georg Heinrich Ewald, es en realidad la historia del crecimiento de la verdadera religión, que se eleva a través de todas las etapas a la perfección, avanza a través de todos los conflictos hasta la victoria más alta y finalmente se revela en toda su gloria y poder, para extenderse irresistiblemente desde este centro, nunca más para perderse, sino convertirse en la posesión eterna y la bendición de todas las naciones”.
Sobre esto y más puedes leer en La historia de Israel, una colección de 8 volúmenes que por tiempo limitado está disponible y a un súper precio para ser sumada a tu biblioteca de Logos.
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