
Esdras y Nehemías son dos libros maravillosos que narran la restauración de la nación de Israel, lo que nos revela la fidelidad y grandeza de nuestro Señor. Aunque estas cualidades y atributos de nuestro Dios se encuentran en toda la Escritura, estos dos libros nos revelan el cumplimiento de las promesas de restauración de parte de Él.
En este comentario, Israel Loken nos ofrece una perspectiva fresca y profunda de estos maravillosos relatos contemporáneos. El análisis y la crítica contextuales que ofrece el autor, nos facilita el estudio y exposición del texto. La sencillez con la que se expone y analiza el texto, permite que como lectores entendamos el marco histórico y contextual de estos dos libros.
El escrito en hebreo y la traducción propia del texto al español enriquece este comentario, permitiéndonos como estudiantes y expositores de la Escritura tener acceso a información valiosa y despertar nuestra curiosidad para ser lo más asertivo posible en nuestra interpretación y dando como resultado una mejor exposición del texto.
Una de las riquezas que también podemos encontrar en este comentario se encuentra en la gran cantidad de referencias que nos brinda. Estas referencias son de libros de historia que fueron escritos a través del tiempo o de referencias de libros antiguos. Un ejemplo de ello lo encontramos desde el inicio del comentario, se trata de Esdras 1:1.
“El primer año de Ciro comenzó el 12 de octubre de 539 a.C. con la conquista de Babilonia. Esta fecha es una referencia al primer año en el que Ciro se convirtió en rey de toda Mesopotamia. Ciro el Grande fue el fundador del Imperio Persa. Era hijo de Cambises I, un persa, y de Mandane, la hija de Astiajes, rey de los medos. Ciro se convirtió en rey de los persas en el año 559 a.C. Originalmente, Ciro era un vasallo de Astiajes; sin embargo, lideró una exitosa revuelta contra los medos en el año 550 a.C. Ciro continuó construyendo y solidificando su imperio hasta su muerte en el año 530 a.C., momento en el que su hijo Cambises II heredó el trono. La inscripción en la tumba de Ciro dice: “¡Mortal! Yo soy Ciro, hijo de Cambises, que fundó el Imperio Persa y fue Señor de Asia. No me envidies, pues, mi monumento” (Arriano 6.29).”
Podemos darnos cuenta de la precisión de fechas y eventos que se narran no sólo en el texto bíblico, sino que contempla y cita referencias de otras fuentes extra bíblicas, esto contribuye a que el estudiante muestre en su exposición la autenticidad del texto bíblico que es respaldado por la historia universal.
Un aspecto sobresaliente de este comentario son los descubrimientos arqueológicos de los eventos que se narran a los cuales hace referencia y aunado a esto, las imágenes que se muestran ayudan al lector a transportarse a la época y enriquecer el entendimiento.
El Cilindro de Ciro, una inscripción en forma de barril de arcilla encontrada en Babilonia en 1879
La geografía que nos traslada a conocer o ampliar nuestro entendimiento del mundo de ese tiempo, nos permite ver esos detalles que nos ayudarán a enriquecer nuestra exposición del texto y de esa manera comprender aun más la grandeza y el cumplimiento de las promesas de nuestro Dios. Las notas textuales de los diferentes manuscritos originales nos ayudan a ampliar el conocimiento del texto de estas maravillosas historias.
Los comentarios exegéticos adicionales, nos brindan una herramienta de enriquecimiento de nuestro conocimiento que nos llevará a entender elementos importantes y sobresalientes en lo que respecta al culto y la adoración a nuestro Señor. Estos elementos que atestiguaban la presencia Dios en el pueblo, nos lleva a entender la cosmovisión del pueblo hebreo. Un ejemplo de ello es la referencia que se hace respecto al Arca del Pacto:
“Existen cuatro opiniones principales sobre la ubicación del Arca del Pacto. La primera opinión afirma que el arca fue retirada del templo durante el reinado de Salomón por Menelik I y llevada a Axum, en Etiopía. Según la tradición, Menelik I era hijo de Salomón y de la reina de Saba. La segunda opinión afirma que el arca fue retirada del templo durante el reinado de Roboam por el faraón Sisac de Egipto. En el año 926 a.C., Sisac “subió contra Jerusalén. Y se llevó los tesoros de la casa del Señor y los tesoros de la casa del rey, y se lo llevó todo, incluso se llevó todos los escudos de oro que Salomón había hecho” (1Re 14:25-26). Este punto de vista es la base de la película Raiders of the Lost Ark [En busca del arca perdida].”
Podemos observar la pertinencia de los comentarios e incluso nos traslada a eventos que son expuestos en algunas películas de Hollywood, que aunque fue una famosa película de los 80’s no estoy seguro si todos los lectores podrán entender la referencia. Pero lo que vale la pena destacar es el hecho de que estos relatos han sido analizados o mencionados por el mundo que nos rodea.
La crítica al texto que ofrece este comentario es muy interesante, ya que emplea los diferentes textos hebreos a los que se tuvo acceso y las diferentes traducciones, permitiéndonos como lectores profundizar y llegar a un mejor entendimiento del texto original. Un ejemplo de ello lo podemos ver en el análisis de Esdras 2:1-70, ya que en la traducción que ofrece dice:
“Estos vinieron con Zorobabel, Jesúa ”
Y el comentario de pie de página lo refiere en el texto original:
“.”Yahvé es la salvación“ ְיהוֹשׁוַּע es una contracción de ֵישׁוַּע .7”
Estas referencias nos permiten un mejor acercamiento al texto y por lo tanto nos permite tener una interpretación más precisa y sacar nuestras propias conclusiones al analizar el texto de estos libros que son una narrativa maravillosa y que atestiguan el poder de nuestro Dios.
Una de las riquezas que ofrece este comentario, es que analiza estos dos libros en el desarrollo de la historia que en su tiempo fueron contemporáneos, de esta manera, nos permite hilar estos dos libros que narran la restauración del pueblo de Dios, he aquí una referencia:
“Ciertamente, tanto Esdras como Nehemías habrían tenido acceso a los registros oficiales de su provincia. Por su parte, Nehemías nos informa de que tomó su lista del “libro de la genealogía de los que subieron primero” (Neh 7:5). Esto no parece ser una referencia al libro de Esdras. Esdras no nos dice dónde encontró su lista. Es poco probable que copiara su lista del libro de Nehemías, ya que probablemente escribió antes que Nehemías.”
Esta es una de las razones por las que nuestro acercamiento a esta parte de la historia de la nación de Israel nos lleva a profundizar y a emocionarnos al ver la conexión de estas dos historias.
Como todo comentario exegético bíblico, se realizan observaciones del texto que nos permite descubrir aspectos que sobresalen y nos ayudan a entender la dimensión de la obra de restauración que realizó Nehemías.
“La palabra ָבָּנה (“construir”) aparece siete veces en esta lista, mientras que el término reparar”) aparece treinta y cuatro veces. En algunos lugares había que construir el“( ָחַזק muro desde cero, mientras que en otros había que reparar el muro existente. Kenyon argumenta de forma convincente que el muro del lado oriental abrazaba la línea de cresta que daba al valle del Cedrón.Esto significa que Nehemías construyó un nuevo muro a lo largo de la ladera oriental en lugar de reparar el anterior. Según recientes excavaciones, este muro parece haber sido completado con bastante rapidez y, por tanto, no era de gran calidad. El nuevo muro parece haber tenido un grosor de unos dos metros y medio. ”
Por último, debemos entender que al escribir un comentario de los libros de Esdras y Nehemías, el carácter histórico narrativo siempre irá de la mano, esa es la razón por la que es un comentario en el que el entendimiento de la historia nos ayuda a conocer más el poder y la grandeza de nuestro Dios.
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